
En el 85 aniversario de su asesinato por las autoridades franquistas por socialista, masón y homosexual.
Nunca olvidaremos, Federico, que fue de madrugada, en el sigilo calculado de un campo sin testigos, donde el eco de los disparos rompió el silencio para callar tu voz ; donde cerraron tu boca, pero no tu alma de poeta.
Para recordar su figura literaria, os dejamos este poema
Poeta en Nueva York – 1930
Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna;
un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría,
lo sé.
Pero yo no he venido a ver el cielo.
He venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
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