A pesar de nuestras miserias, la hermosa nave de Gea sigue navegando por la Vía Láctea como una gota de albos vellones moteada. Y nosotras, las efímeras criaturas, vamos a bordo sin darnos cuenta de que es un viaje sin retorno y no tenemos nave de recambio.

Deseamos que en el 2022 las personas con pasaje de turno vital inviertan el rumbo de la nave para reforzar los cuidados de la casa planetaria, la ayuda mutua entre las personas y una mayor solidaridad entre los pueblos, sin muros ni exclusiones, donde los derechos humanos sean de todas y para todas.

Terminamos el año con un poema de FAUSTO que forma parte de su elegía cosmogónica ALMA DEL COSMOS.

La gran paradoja

Efímera criatura de Gea

eres la paradoja que no entiendo.

Mágica evolución es tu devenir,

adn de mil variables,

llena de sorpresas.

He seguido tus pasos sobre la arena

y de verdad que me desconciertas.

Eres esclava de tus miedos,

la que sufre,

la que ama,

la que odia,

la que sueña.

De tu efímera existencia

ternura y furia me llegan.

Eres la luz que irradia tu sonrisa,

eres el relámpago y el trueno

los mil sones que el viento lleva.

Eres la ternura que se entrega

el terror que el odio engendra

y la tormenta que mueve arena.

Veo en tu reverso la violencia,

mensajera del odio que esparce

nubes de sangre y miseria.

Eres la criatura más brutal,

la que se oculta en su disfraz

la más voraz,

la más siniestra.

Eres, entre todas las criaturas

la más especial,

rebelde cuando piensas

y libre cuando sueñas.

Eres la que pregunta en la noche,

la que navega sin rumbo

en busca de una respuesta.