Cómo duele el corazón a cada paso

Como duele el corazón a cada paso.
Como pesa cada paso.
Como duele mantenerlo.
Como pesa tu ignorancia.
Como duele tu arrogancia.
Adquirí esa ansiedad de mirar a la vida,
cuando ni me conocía.
Un ser doblado por el dolor
se encargo de mis despertares.
Cuando desperté, el mundo
corría, volaba.
Desperté demasiado temprano
y con mucho peso.
Ambición cegó mi camino,
y el alcohol aplasto mi razón.
Gane, y la razón ya no me abandono.
Creí que sí, y fue que no,
la razón, ladina, no se queda, te abandona.
Jugué a ser más que Dios,
decidí cuando moriría, la perseguí,
la mire a la cara y respire su vapor,
y Dios dijo que no.
Regrese de donde pocos regresan,
de donde se pierde la vida y la libertad.
acudí al perdón
para poder seguir mirándome al espejo.
El norte se torció, mi brújula hoy, acaricio mi mirada,
pregunto qué podía hacer, y le conteste
quédate conmigo.
Ahora que no la miro cara a cara
ni la busco, camina a mi lado
robándome un día tras otro.
Hicimos un trato, tú me dejas en paz,
y yo a ti, cuando regreses
nos miraremos de nuevo y aceptaré mi partida.
Curioso acertijo el del filósofo,
por qué nos preocupamos de ella
si no existe cuando estamos vivos.
Y por qué nos preocupamos después
si ya no existimos.
Como duele el corazón a cada paso.
Como pesa cada paso.
Como duele mantenerlo.
Como pesa tu ignorancia.
Como duele tu arrogancia.
Un loco feliz.
Deja una respuesta